Dr. Maligno - Misión #4: ¡Vete a la porra!

El tractor explotó, pero sin ningún efecto secundario ya que los trolls se echaron al suelo rápidamente.

Uno de ellos cojió una barra de hierro de lo que quedaba del tractor y se la lanzó a Dr. Maligno atravesándole el hombro.

El otro le lanzó una pedrada a Mini-yo dejándole inconsciente.

yo me tiré al suelo, fingiendo estar muerto, para ver si se iban

Los trolls observaron los resultados; el del taparrabos parecía marcharse, pero el de barbas se acercó a Dr. Maligno y comenzó a olisquearle, después, se acercó a Mini-yo y también le olió.

Parece ser que este último le llamó la atención, de modo que cogió a Mini-yo con una mano y se quiso ir con su compañero troll por el sendero por el que aparecieron y con Mini-yo en su fea y grande manaza.

Yo reaccioné, coji mi espada rapidamente, y le corte la mano con la que estaba cojiendo a mini-yo

La mano del monstruo cayó al suelo con Mini-yo, el troll comenzó a gritar y su compañero acudió en su ayuda; al ver a Dr. Maligno arrancó un arbol y se dispuso a darle un buén arbolazo.

Yo me refujié detras del troll quejica, tras haber liberado a mini-yo.

El troll quejica gritó y dió una buena patada a Dr. Maligno el cual salió volando por los aires.

Con la otra mano, aquel troll volvió a coger a Mini-yo y se lo puso en el hombro, mientras el del taparrabos, con su arbol en las manos caminó hacia Dr. Maligno

Miniyo todavia conservaba la metralleta, y disparó al troll que le llevaba en la cabeza, mientras yo, esperaba el momento justo para atacar al del taparrabos

El troll que llevaba a Mini-yo cayó al suelo, pero el del taparrabos se giró y atizó con el arbol a Mini-yo que quedó sin sentido, después, se dio la vuelta y fue a propinar otro arbolazo a Dr. Maligno

Me adentré en el bosque que habia al lado, y aprobeché para trepar a un arbol, Qu me cubriria totalmente con sus hojas

El tonto'l bote del troll comenzó a seguir a Dr. Maligno, pero le perdió de vista; se dió la vuelta y volvió corriendo; tiró el arbol que tenía en las manos y cogió a Mini-yo, que estaba sin sentido, para querer llevárselo.

Otra vez, vaje con sigilo, me acerqué silenciosamente por la espalda del troll, y salté clavandole la espada en el cuello, y rajándole la espalda

El troll soltó un rebuzno y cayó al suelo. Ya estaban todos sanos y salvos (por supuesto, no literalmente)

Mision #4: ¡Vete a la porra!...





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