Loki - Misión #2: Asalto a las Granjas Hostiles

El Slig habia hecho mucho ruido, no tardarian en llegar mas guardias. Me transforme un segundo en mi mismo y les hice señas a los mudokon para que me siguieran, acto seguido nos hice invisibles y salimos pitando de alli antes de que llegasen mas Sligs.

De pronto, frente a Loki llegaban rápidamente 5 Sligs, 2 Gran Capo Sligs, 1 Máquina Anticanto (dispara un rayo a cualquier fuente de magia para que cese la emisión, utilizado para evitar posesiones en los Mudokons ya que estos pueden poseer a los Sligs cantando) y un Glukkon.



Los Glukkons eran los peces gordos; los ministros de Oddworld.

-¡Vamos! -Gritó el Glukkon mientras pegaba saltitos

Vaya, una maquina antimagia. Aunque no era suficientemente potente para romper automaticamente mi ilusion de invisiblidad, podia hacerlo al cabo de un tiempo. Me fijé en que los Sligs que protegian al Glukkon llevaban una pequeña insignia en su máscara, como para marcar que eran una escolta especial. Me aleje un poco del grupo de sligs y decidí transformarnos a mi grupo y a mi en Sligs con esa misma insignia, para hacer parecer que eramos parte de la escolta y averiguar que hacia el Glukkon, y si tenia algún plan, lo que era el segundo objetivo de mi misión. Los Sligs eran muy estupidos y no se darian cuenta de nada, pero el Glukkon si, y no podia engañarle con magia debido a la maquina anticanto, asi que debia mantenerme un poco alejado para que no sospechasen nada. Afortunadamente, yo llevaba tantos siglos usando mis transformaciones que eran resistentes a la inmensisima mayoria de efectos antimagia, asi que salvo que de que algun modo los Sligs hubiesen metido magia Jotun en su maquina, cosa que me parecia bastante improbable, si no imposible, no habia forma que descubriesen mi verdadera identidad. Y si lo hacian, los Jotuns de Asgard y los Sligs tenian que tener alguna clase de relacion, y por alguna razón sospechaba que el Narrador no iba a ponerse a contar una historia tan complicada, asi que estaba tranquilo.